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Efecto placebo: ¡adelgazar gracias a las palabras!

Koepchen, J. (03 2015). www.mentalmed.de/blog/archives/66-Achtsamkeit-macht-schlank-und-gesund.html.
Langer, E. J. (2007 (18)). Mind Set Matters. Psychological Science, 165 - 171. Véase Koepchen.

Gracias al efecto placebo activado mediante el lenguaje, una palabra o frase puede ejercer un efecto positivo, porque esta vincula o asocia el estímulo lingüístico a una expectativa positiva. Ellen Langer investigó este efecto entre las mujeres del servicio de limpieza de un hotel. A las mujeres del grupo de ensayo se les explicó que su trabajo equivalía a un entrenamiento de fitness y que por tanto era muy sano. Seguir leyendo

El escritor Rudyard Kipling – autor del clásico universal El libro de la selva – dijo en cierta ocasión: “Las palabras son la droga más potente utilizada por la humanidad.” La más impresionante demostración de esta afirmación es el conocido efecto placebo, que solo puede activarse mediante el lenguaje. A una serie de personas aquejadas de dolor de cabeza se les suministró una simple pastilla de azúcar y se les dijo: “Les estamos dando una pastilla especialmente efectiva contra el dolor de cabeza”, y el dolor desapareció. El término “placebo” viene del latín  y literalmente significa: “Voy a ser útil.” Una simple frase compuesta de unas pocas pero acertadas palabras ejerce un efecto positivo, porque la persona asocia el estímulo lingüístico a través del poder de los pensamientos con una expectativa positiva que acto seguido reverbera benéficamente en el organismo: las conexiones nerviosas liberan endorfinas de efecto analgésico, los músculos se destensan y los vasos reequilibran su volumen, haciendo que el dolor en efecto desaparezca. Hablamos de “coaching neurolingüístico”, cuando  utilizamos nuestro léxico para conseguir nuestras metas.

Se han realizado otros muchos experimentos placebo con impresionantes resultados en esta área. Por ejemplo, la psicóloga estadounidense y docente de Harvard, Ellen Langer, llevó a cabo un simple pero efectivo estudio en torno a las tareas de las camareras de pisos (Langer, 2007 (18)). Su equipo de investigación dividió a estas mujeres en dos grupos: uno era un grupo de ensayo y el otro un grupo de control. Antes de iniciar el experimento real, todas las participantes en el estudio fueron sometidas a una revisión médica, obteniendo ambos grupos valores comparables. En el momento del experimento real, a las participantes del grupo de ensayo se les informó de que su trabajo equivalía en realidad a una completa sesión de fitness y que por eso – desde el punto de vista médico – era muy sano. En cambio, al grupo de control no se le facilitó esta información. El doctor Johannes Koepchen informó sobre este particular en la revista en línea Mentalmed: Al cabo de 4 semanas, los resultados de los grupos sometidos a estudio fueron los siguientes:

  • Considerable aumento de las camareras de piso que veían su trabajo como un entrenamiento deportivo (pasándose de 29 a 45, mientras que en el grupo de control solo el 15%)
  • Tras 4 semanas, el peso se redujo  un promedio de 0,90 kilogramos
  • La grasa corporal se redujo considerablemente
  • El contorno de cadera también  se redujo ostensiblemente
  • La presión arterial sistólica disminuyó en unos 10 puntos.

http://www.mentalmed.de/blog/archives/66-Achtsamkeit-macht-schlank-und-gesund.html:

Esta clara diferencia en comparación con el grupo de control se produjo con sólo mencionar el concepto “entrenamiento de fitness ideal”. Tales palabras no solo modificaron la actitud de estas mujeres respecto a la actividad realizada, sino que también ejercieron  un efecto benéfico concreto y mensurable en la salud física de las mujeres sometidas a estudio. Ellen Langer ha publicado una serie de otros estudios sobre este mismo tema, como, por ejemplo, el estudio realizado con personas mayores, en el que todos ellos mostraron mejoras mensurables y concretas similares en su salud física.