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La neuromatriz: qué es y cómo funciona

Melzack, R. (1999). From the gate to the neuromatrix. PubMed, Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU., Institutos Nacionales de la Salud.

El profesor de psicología canadiense e investigador del dolor Ronald Melzack acuñó el concepto de “neuromatriz”. Para expresarlo de forma simple, todos nosotros nacemos con ciertas opciones de conducta preprogramadas, entre las que se encuentran nuestro programa emocional, por ejemplo, los sentimientos de pánico, repugnancia o rabia. La neuromatriz contiene todos los filtros de conducta y percepción que van aparejados al proceso de ondas emocionales similares.

El profesor de psicología canadiense e investigador del dolor Ronald Melzack acuñó el concepto de “neuromatriz” (Melzack, 1999). Para expresarlo de forma simple, todos nosotros nacemos con ciertas opciones de conducta preprogramadas, entre las que se encuentran nuestro programa emocional. Nadie nos tiene que explicar cómo funciona el pánico, pues nuestro cuerpo lo sabe en base a dicha programación preestablecida por sí sola y de manera natural. La neuromatriz contiene todos los filtros de conducta y percepción que van aparejados al proceso de ondas emocionales similares. En el caso del pánico, tal sensación se reflejaría en la activación de la musculatura de las piernas, un incremento de la frecuencia cardíaca para la activación del cuerpo y poder así correr más rápido, la concentración de vasos superficiales para evitar hemorragias y un bloqueo mental limitante, la “visión del túnel”, para que nos concentremos solo en pensamientos de huida y en ponernos a salvo. De forma similarmente inconsciente y automática funcionan los programas relacionados con los sentimientos de repugnancia, rabia o deseo, así como los de simpatía, alegría o placer.
Si, por ejemplo, un hombre ha conocido anteriormente en su vida a una mujer de la limpieza muy eficiente, esta experiencia se asociará a una respuesta emocional positiva. En este caso, se desarrolla una neuromatriz previamente aprendida: una  SEÑORA DE LA LIMPIEZA limpia el polvo, pasa el aspirador, limpia las ventanas y se ocupa de que la casa esté ordenada y sea confortable. Todas estas facetas se almacenan  en la neuromatriz  y la red que conforman todas las palabras asociadas  se denomina – como ya se mencionó anteriormente – “campo semántico”, y  también se habla de “familias de palabras” o de un “ámbito semántico” (Schwarz, 2007). En este caso, tal como se mencionó anteriormente, las palabras activan, además de la comprensión de los procedimientos de acción a nivel emocional,  una experiencia agradable.
No obstante, en el caso del detective protagonista de la sátira cinematográfica Cliente muerto no paga,  el concepto de “señora de la limpieza” se vincula con una matriz rabia-tristeza. El héroe del film reacciona con un ataque de ira con solo oír la palabra, ya que su padre se fugó con la señora de la limpieza cuando él tenía tan solo siete años, a consecuencia de lo cual su madre falleció con el corazón destrozado. A pesar de que se trata de una historia muy triste, sirve para ilustrar lo importante que es atenerse exactamente al lenguaje vital de los clientes durante el coaching y la terapia a fin de poder concentrarse en los temas que les preocupan.