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Óperas y rostros: El vocabulario humano como espejo neurobiológico

www.nature.com/nature/journal/v435/n7045/abs/nature03687.html Quiroga y Kreimann, “Invariant visual representation by single neurons in the human brain”.

El neurocientífico Rodrigo Quian Quiroga y su equipo de colaboradores analizaron el grado de abstracción de la representación neuronal de personas y objetos, descubriendo neuronas que no solo reaccionaban de forma selectiva ante ciertas imágenes de la actriz Halle Berry sino también a la escritura de su nombre; y lo mismo pudieron constatar ante imágenes de la ópera de Sídney y el estímulo del objeto en forma escrita  "ópera de Sídney". Seguir leyendo

Las investigaciones actuales en este ámbito han hecho descubrimientos asombrosos. Para nuestro cerebro, las palabras y los objetos o personas que estas designan son neurobiológicamente idénticas. El neurocientífico Manfred Spitzer describe en su libro Gott-Gen und Großmutter-Neuron, que las células cerebrales que reaccionan ante la imagen de Halle Berry y ante la visión de su nombre escrito son idénticas (Spitzer, 2007). Del mismo modo, las neuronas cerebrales de los simios  reaccionan ante las caras –no así ante las palabras–  de la misma manera que ante la representación de un nombre que va emparejado al rostro. En palabras de Spitzer: “Justamente el hecho de que la mente reaccione ante la palabra que designa a una persona sin verla muestra el grado de abstracción de la representación  neuronal”. Este fenómeno se relaciona con todos los fenómenos sensorialmente perceptibles, como, por ejemplo, los edificios. Como parte del experimento, los investigadores mostraron a un cierto número de ciudadanos australianos una serie de fotografías de la conocida ópera de Sídney y la secuencia de palabras “SYDNEY OPERA”. Y de nuevo las mismas células neuronales reaccionaron  ante ambas representaciones de este  monumento emblemático de la ciudad de Sídney. Un axioma de la disciplina de la neurolingüística dice que en la cabeza los conceptos “palabra” y “objeto” así como “palabra” y “persona” son una unidad. Por esta razón, gracias al lenguaje, podemos acceder sensorialmente a toda la información almacenada en nuestro sistema nervioso y hacer que esta tenga resonancia. La capacidad de razonamiento y de acción y el potencial emocional son los mayores dones que poseemos los humanos, y ese preciado tesoro se halla en nuestra neurobiología codificado en forma de frases y palabras.